Hoy os traigo una receta muy sencilla que he improvisado sobre la marcha. Sólo tenía un calabacín y no sabía muy bien que preparar con él, así que lo he cortado y he añadido a unas patatas para hacer una tortilla.
He puesto también un poco de queso fundido y la verdad es que me ha encantado el resultado, os animo a probarlo!
Ingredientes:
3 patatas medianas
1 calabacín
6 huevos
Queso fundido
Aceite de oliva
Sal
Para empezar, lavamos, pelamos y cortamos las patatas y el calabacín en rodajas muy finas (yo uso una mandolina para ajustar el grosor del corte y que todas queden iguales).
Ponemos aceite a calentar en una sartén honda y añadimos las patatas a fuego muy lento (deben estar cubiertas por el aceite).
En otra sartén, echamos un poco de aceite (2,3 cucharadas soperas) y una vez caliente, echamos el calabacín y dejamos freír hasta que estén blanditas, sacamos y escurrimos el exceso de aceite.
En cuanto las patatas estén blanditas, también las sacamos y las escurrimos.
En un bol grande incorporamos los 4 huevos enteros más dos yemas, sal batimos y volcamos las patatas y el calabacín.
Calentamos un poco de aceite en una sartén antiadherente, echamos la mitad de la mezcla, añadimos el queso fundido, tapamos con la otra mitad de la mezcla y hacemos la tortilla al gusto.
Listo, ya podemos servir!!
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